4 feb 2007

Acude pronto, tu familia peligra

Fue la pasada noche cuando al dirigirme a casa, la idea hizo toc toc. "Acude pronto, tu familia peligra".

La idea me invadió durante el camino, volteaba a ver un semáforo y la volvía a tener. Mi labio inferior lucía tembloroso. La repetición del pensamiento "Acude pronto, tu familia peligra" no cesaba.

Transité por calles semidesiertas pero muy iluminadas, sin mendigos sobre las banquetas y postes y muros desnudos de prostitutas y proxenetas.

Todo había cambiado ya. Las cicatrices del viejo México comenzaban a cerrarse, pero las últimas lo hicieron de forma más lenta. Querían no desaparecer.

Una vez más. “Acude pronto, tu familia peligra”. Mi preocupación creció. Justo en la esquina de Insurgentes y Reforma, el celular recibió un mensaje. La pantalla del móvil mostró la primera plana con la noticia de ocho columnas que, a la mañana siguiente, saldría publicada en el periódico.

ESCAPAN DOS JUDICIALES DEL MP. José Miguel Barcena, periodista de El Vigía, logra presentar pruebas que los fugitivos eran los últimos policías judiciales creadores de una red de culpables, que en los años 30 del nuevo milenio habían sido los responsables de crear falsos delincuentes.

“Acude pronto, tu hijo José Miguel peligra”, una nueva idea fugitiva se presentaba, pero ahora, el toc se fundió con la imagen del periódico. La imagen y el pensamiento estallaron de repente.

Cuando llegue a la casa de José Miguel, lo vi serenamente preparando trabajo para el día siguiente. Su serenidad logró apaciguar la idea que había tenido antes de verlo.

“¿Ya viste la de ocho, verdad?”, me preguntó.

“Sí, la recibí hace ya algunos minutos.”
“Mañana tengo una serie de trabajos sobre esta misma investigación” –seguía platicándome José Miguel mientras limpiaba el lente de la cámara fotográfica–. Me encargaron cómo operaba aquella red de judiciales, la misma a la cual pertenecían los ahora prófugos.

Durante la semana, José Miguel recopilaría historias que señalaban a diversos judiciales quienes, entre el 2006 y 2030, habían consignado a diversos inocentes ante el Ministerio Público.

La búsqueda de José Miguel, sin duda resultó menos tortuosa que las que yo solía hacer en mi vida de litigio. José podía indagar online los expedientes de las historias lastimeras de gente inocente que, de la noche a la mañana, eran culpados por la llamada verdad jurídica potestad de policías judiciales.

Ahora, José Miguel tenía a la mano, por parte de la unidad de investigaciones especiales de El Vigía, con una plataforma de información que filtraba datos de cada expediente y obtenía referencias que provenían de INTEGRA-IUS.

INTEGRA-IUS es la base de datos que comparte todos los registros de las diversas corporaciones policiales del nivel federal, estatal y local en México.

En la revisión de la mayor parte de testimonios, los nombres de los judiciales fugitivos siempre aparecían implicados.

Una verdad que era una pesadilla en aquella época. Por fortuna era la puntilla del sueño mexicano.