El camino
El camino nos abre un horizonte y a lo lejos vemos una línea que divide el cielo de la tierra. Es punto que siempre se renueva. Una vez llegados a esa vereda nos atrevemos a tomarla, ya sea sedientos o incluso comidos, pero por ventura del viaje se tiene a amigos o el recuerdo de ellos. No solamente amigos de cuerpo y sangre, sino también aliados de todo tipo, no precisamente corporeos como tú y yo.
Hace tiempo que la senda se abrió ante mis ojos, y eso que la aventura había iniciado ya con antelación, sin embargo, hay ocasiones que en el camino pisamos zonas más sinuosas del trayecto: la muerte de un amigo, un compromiso para con uno mismo que aún no se cumple, el punto de salir del país, el olvidarnos de nuestras construcciones y que sólo llevamos el acervo de las mismas y, en mi caso, el saber que el objetivo no es lo último por lo cual pelear, sino por el contrario.
Para quienes compartimos un redacción
Ella, una reportera, de sonrisa encantadora y voz que transporta a rebozos con perfectos audios elegidos, y él, un jefe de camarógrafos, de corazon de hermano. Ambos compartían los tiempos, la compañías, el saber que la vida en medios carece de horarios de salida, de gustos similares. El canal fue el ambiente de conocerse. Ahora són más o cerca de un lustro de estar en el medio, ahora se voltean a ver siguen compartiendo la alegría de estar juntos. En su caso el camino está tomado, y vieran con que gozo caminan por tal senda. Ellos son el motivo de un aprendizaje: comparten sus avatares y amaneceres. El reloj marca, alguno de los dos se despierta, son las 8 PM... él debe salir o ella, uno de los dos se despide, no importa quién lo sea, la igualdad de tratos entre quienes comparten redacciones... sin mayor enojo de un "a dónde vas".
De viejas épocas
Una vez, salió fuera del país. Ahí supo que la gran isla del Caribe no era lo que imaginaba era. Se mandó una postal a la familia de aquella a veces encierro, otras ocasiones paraiso, experiencia. Luego se dio cuenta de que por las calles de cualquier zona del globo terraqueo, requerimos llevar la historia o el pensamiento que nos golpeo como una gota de lluvia el pensamiento. ¿Cuántos de nosotros lo hemos vivido?, ya sea sacar una pluma o lapiz y el cuaderno o libre, en España, en las salidas de la universidad para ir al trabajo, o cuando viajo a las calles de Marruecos; cuando llegamos a la Havana y de ahí zurcamos la ocho vías desde Santa Clara hasta Ciego de Ávila....
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